<p>Minuto 62. 0-3 en el marcador. <strong>Luis De la Fuente</strong> mira al banquillo, pero no para buscar a <strong>Álvaro Morata</strong>, el primer capitán, sino a dos jugadores que son dos pilares en su once y a los que había perdido demasiado tiempo. <strong>Rodri </strong>y <strong>Carvajal </strong>volvieron, juntos, al campo con España después de sus graves lesiones de rodilla. El abrazo de Pedro Porro y Zubimendi y el brazalete que le dio al mancuriano Unai Simón evidenciaban que esa media hora significaba mucho más que minutos de rodaje.</p>
Dos de los capitanes vuelven a jugar 361 días después en la cómoda victoria de España que, con goles de Oyarzabal, Merino y hasta Cucurella, está cómoda sin un ‘9’. A De la Fuente no le gustó la segunda parte: «Somos muy exigentes. Nos faltó frescura»
Minuto 62. 0-3 en el marcador. Luis De la Fuente mira al banquillo, pero no para buscar a Álvaro Morata, el primer capitán, sino a dos jugadores que son dos pilares en su once y a los que había perdido demasiado tiempo. Rodri y Carvajal volvieron, juntos, al campo con España después de sus graves lesiones de rodilla. El abrazo de Pedro Porro y Zubimendi y el brazalete que le dio al mancuriano Unai Simón evidenciaban que esa media hora significaba mucho más que minutos de rodaje.
«Era un objetivo porque se lo merecen. Esas reapariciones han sido lo más importante del partido«, reconocía el seleccionador, un tanto disgustado con el rendimiento en la segunda parte, cuando el marcador estaba demasiado escorado y el equipo levantó el pie. «El primer tiempo fue dinámico, pero en el segundo nos hemos contagiado del rival. Nos ha faltado frescura y eso nos ha impedido sacar alguna conclusión más positiva. Somos muy exigentes», admitió el entrenador, que sabe que con Turquía será otra cosa. «Espero más exigencia y, hay que ser autocrítico, espero que haya mejoras», advirtió.
No estaban contentos los jugadores de la selección, que compartían el diagnóstico del técnico, con el que suelen alinearse y demostrarlo en el campo. Si él dice que con Morata de 9 en una lista es suficiente, ellos demuestran que no solo es así, sino que ni siquiera lo necesitan ni en el campo. Esta España no necesita un delantero centro para golear porque le sobran jugadores con pegada. De hecho, desde que el riojano se sienta en el banquillo, la lista de goleadores se ha hecho tan larga que ha llegado a Cucurella.
El lateral, encantado de pisar el área cada vez que puede, se estrenó ante Bulgaria con un zurdazo para marcar el segundo tanto. «Y ante había tenido una que había estrellado en un defensa. La verdad es que nunca lo voy a olvidar», decía con una sonrisa. Era su primer gol con la absoluta y para buscar otro con España hay que mirar a un partido de la Sub-21 en Montenegro en octubre de 2019, en el que también estaba De la Fuente. Todos los jugadores que hoy iniciaron el camino al Mundial tienen un pasado con el entrenador.
Eso le ocurre a Mikel Oyarzabal, a quien vio como goleador cuando nadie más se atrevía a plantearlo. La precisa asistencia de Zubimendi al corazón del área la convirtió en su undécimo gol, lo que le coloca en cabeza en la tabla con este seleccionador.»Sabía que Martín me había visto y estaba en posición de hacer daño», describió el guipuzcoano, que buscó el segundo entre las piernas del meta Vutsov, esta vez sin fortuna. «Habrá días en los que me llegue el gol y otros que no, y en esos habrá que ayudar al equipo. Si marcar sirve para el equipo, que sigan llegando los goles», advirtió. De momento, a su amigo el capitán le lleva cuatro de ventaja. Se ha convertido en su relevo natural, algo que avalan los datos: Oyarzabal ha marcado cinco goles en sus últimos seis partidos.
Otro jugador que lleva irrumpiendo con fuerza en las porterías rivales es Mikel Merino. En Sofía, cabeceó un preciso saque de esquina de Lamine Yamal para marcar su quinto gol como internacional en 36 partidos e igualar los números de Fabián y Nico Williams. La eficacia volvió a tenerla en la cabeza, como aquella noche en Stuttgart para llevar a España a las semifinales de la Euro. Tres son los testarazos que han subido al marcador. Como de disparo también anda sobrado, obligó a Vutsov a sacar una mano para mandar al larguero lo que parecía su sexto gol. A nadie le parece ya una locura que Mikel Arteta lo convirtiera la temporada pasada en su delantero en el Arsenal.
El repertorio atacante de España es tan extenso que nadie echa de menos a Morata. Su papel más importante ya no está en el césped, sino en el vestuario. Y no de utillero, sino como padre de una generación casi juvenil que necesita esa figura. Al delantero del Como le falta un gol para encaramarse al podio de los tres máximos goleadores de la selección. Tiene a uno igualar los 38 de Fernando Torres, algo que podría lograr. pero muy lejos parecen ya los 44 de Raúl González y los 59 de David Villa. Y es que si algún día el seleccionador piensa que quiere un 9, quizá para entonces haya tenido tiempo de hacer su mili Gonzalo, en el Real Madrid y en la Sub-21.
El ataque lo refrescó por las bandas. Primero con Dani Olmo, esta vez por Nico, sin chispa, ni no por Pedri, porque el técnico riojano ya le ha hecho un hueco junto a Zubimendi y Rodri, más ante la ausencia de Fabián. Después sumó otro nombre a la larga lista de jugadores a los que ha hecho debutar: Jesús Rodríguez. El partido había sido cómodo y era propicio para hacerlo feliz.
España se pone al frente de un grupo en el que Turquía fue capaz de vencer a Georgia (2-3) y se asoma como el rival más peliagudo. El domingo, en Konya, llega la primera oportunidad de abrir distancia.
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