<p>Vladimir Putin ha advertido de que <strong>cualquier fuerza occidental desplegada en suelo ucraniano</strong> representaría <strong>un «objetivo legítimo» </strong>para el ejército ruso. Es su reacción a la reunión de aliados europeos de Ucrania, centrada en un eventual despliegue para ofrecer garantías de seguridad. También aseguró que <strong>no está en contra de reunirse con Volodimir Zelenski,</strong> pero ha insistido en que <strong>la cita debe ser en Rusia</strong>: «Si alguien realmente quiere reunirse con nosotros, estamos listos. El mejor lugar para ello es la capital de la Federación de Rusia, la ciudad heroica de Moscú».</p>
El aviso del presidente ruso se produce un día después de la reunión de aliados europeos de Kiev, centrada en las garantías de seguridad
Vladimir Putin ha advertido de que cualquier fuerza occidental desplegada en suelo ucraniano representaría un «objetivo legítimo» para el ejército ruso. Es su reacción a la reunión de aliados europeos de Ucrania, centrada en un eventual despliegue para ofrecer garantías de seguridad. También aseguró que no está en contra de reunirse con Volodimir Zelenski, pero ha insistido en que la cita debe ser en Rusia: «Si alguien realmente quiere reunirse con nosotros, estamos listos. El mejor lugar para ello es la capital de la Federación de Rusia, la ciudad heroica de Moscú».
El líder ruso no quiere que haya en Ucrania otras tropas extranjeras que no sean las rusas: ni antes ni después de la guerra. Si en Ucrania aparecen tropas de fuera durante la guerra, se convertirán en objetivos legítimos para Rusia. Y si se alcanzan acuerdos de paz a largo plazo -aseguró Putin rebasado el tercer año de invasión- no tendrá sentido mantener tropas extranjeras en Ucrania.
Moscú ha rechazado durante mucho tiempo cualquier sugerencia de que haya tropas extranjeras en Ucrania, subrayando que sería inaceptable y representaría una amenaza a su seguridad nacional.
«Si aparecen tropas allí, especialmente ahora, durante el combate, partimos de la premisa de que serán objetivos legítimos», ha dicho Putin en un foro económico en la ciudad oriental de Vladivostok. Rusia, asegura el presidente, cumplirá esos acuerdos. Pero Ucrania sostiene que estas garantías de seguridad son fundamentales para un tratado de paz que asegure que Rusia no vuelva a lanzar una ofensiva contra su territorio una vez desmovilice su ejército.
Un grupo de 26 países, liderados por Francia y el Reino Unido, prometieron el jueves apoyar militarmente a Ucrania en caso de que se concrete un alto el fuego con Rusia. Hasta ahora, sólo Francia, Reino Unido y Estonia han indicado públicamente que podrían desplegar tropas en Ucrania tras la posguerra. Tras la reunión del jueves, Italia reiteró que no enviaría a sus militares, pero dijo que podría apoyar un alto el fuego mediante operaciones de vigilancia y entrenamiento «fuera de las fronteras ucranianas».
España no ha definido qué haría en un eventual despliegue, pero fuentes gubernamentales aseguran a EL MUNDO que «vamos a estar con Ucrania en la guerra y en la paz». «Los países europeos vamos a continuar apoyando a Ucrania y nosotros los primeros en los términos en que finalmente se firme el Acuerdo de Paz que nadie sabe aún cómo va a ser», explican las mismas fuentes.
España ha participado en las reuniones que se están celebrando de la Coalición de Voluntarios, tienen una finalidad política de demostrar unidad y fortaleza ante Rusia. La clave está en los términos del futuro acuerdo y en el seno de la coalición hay poco lugar para el optimismo.
Por su parte, Alemania no se define, señalando que tendría que debatirse en el parlamento. Polonia y Finlandia hace tiempo que han mostrado sus reticencias a enviar tropas de manera muy clara. Para los países que están cerca de Rusia es clave mantener tropas en casa como disuasión. Y en general los gobiernos europeos no tienen claro si Washington realmente los respaldaría militarmente si las tropas de los países de la OTAN fueran atacadas. Los aliados de Ucrania tampoco han especificado detalles del plan, como cuántas tropas participarían y cómo contribuirían los distintos países aliados.
El presidente ruso cree que un despliegue de este tipo no favorece la paz a largo plazo y reiteró que el estrechamiento de los vínculos militares entre Ucrania y los países occidentales forma parte de lo que considera como «causas fundamentales» del conflicto.
Para que el despliegue se produzca, tendría que llegar un alto el fuego: que Rusia deje de atacar a cambio de una serie de condiciones que Ucrania y sus aliados estén dispuestos a asumir. Ese escenario, pese a las promesas de Donald Trump, está todavía lejano. Un signo de un avance en los contactos podría ser una cita de los presidentes de Rusia y Ucrania, una propuesta que Rusia ha evitado durante meses y que ahora trata de gestionar a su manera. Putin se mostró «dispuesto» a estos contactos, pero remarcando que no les veía mucho sentido, porque «es prácticamente» imposible llegar a un acuerdo «con la parte ucraniana» sobre cuestiones clave.
En un primer momento Rusia alegó que Zelenski no es legítimo, por estar las elecciones suspendidas. Después dijo que ese tipo de contactos al máximo nivel se producen cuando ya hay un principio de acuerdo. Ahora queda pelear por la sede de la cita, que según Putin sólo puede ser Moscú, donde Zelenski tiene razones para pensar que su vida corre peligro aunque sólo sea porque Rusia lo intentó matar en los primeros días de avance frustrado hacia Kiev.
Como razón de fondo, el líder ruso argumentó lo difícil que puede resultar acordar algo con Ucrania incluso si hay voluntad política, pues ve dificultades legales. «Cualquier acuerdo sobre territorios debe confirmarse en un referéndum en Ucrania, y para ello, debe levantarse la ley marcial» y celebrarse elecciones presidenciales, repasó. Pero indicó que tras el referéndum, debe haber una decisión del Tribunal Constitucional, que según él está intervenido por Zelenski. Putin alega que se trata de «un proceso interminable» que no lleva a ninguna parte.
Aun así, volvió a retar a Zelenski a un encuentro en la capital de la potencia invasora. El líder ruso, que ha señalado a Ucrania como «un país artificial» que forma parte de Rusia, fue a Alaska a ver a Trump, pero considera que un gobernante ucraniano debe ir a verlo a él a Moscú. «Les brindaremos condiciones de trabajo y seguridad: garantía total. Pero si nos dicen: ‘Queremos reunirnos con ustedes, pero ustedes vayan allí para esta reunión’, simplemente nos están pidiendo algo excesivo».
Putin estuvo en Ucrania por última vez en 2013, donde se entrevistó con Viktor Yanukovich, el presidente que echó el freno al acuerdo con la UE cuando el Kremlin dio la señal. Ahora Zelenski tiene que ir a la cita en Rusia: «El mejor lugar para ello es la capital de la Federación Rusa, la ciudad heroica de Moscú», concluyó entre aplausos del auditorio.
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