Primeras críticas en la cúpula de Junts a Puigdemont por su alianza con Sánchez: «Hay que cambiar de rumbo»

<p class=»ue-c-article__paragraph»>Las luces mediáticas y el impacto simbólico de la <a href=»https://www.elmundo.es/cataluna/2025/09/02/68b6f6b7fdddff6d048b458c.html»>reunión</a> celebrada en Bruselas entre <strong>Salvador Illa</strong> y <strong>Carles Puigdemont</strong>, un paso más hacia el encuentro entre el prófugo en Waterloo y <strong>Pedro Sánchez</strong> para culminar así la «amnistía política» que exige Junts, ha sido para muchos nacionalistas un éxito propagandístico, pero efímero e insuficiente ante los problemas a los que debe hacer frente el partido.</p>

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 Crecen las voces que dan por agotada la estrategia de Puigdemont con Sánchez  

Las luces mediáticas y el impacto simbólico de la reunión celebrada en Bruselas entre Salvador Illa y Carles Puigdemont, un paso más hacia el encuentro entre el prófugo en Waterloo y Pedro Sánchez para culminar así la «amnistía política» que exige Junts, ha sido para muchos nacionalistas un éxito propagandístico, pero efímero e insuficiente ante los problemas a los que debe hacer frente el partido.

El mar de fondo en la dirección neoconvergente es intenso desde hace tiempo y van en aumento las voces que consideran que la estrategia fijada por Puigdemont de manera unilateral ya no sirve. Como tampoco es sostenible, entienden estos sectores que el liderazgo de Junts se siga ejerciendo desde Waterlo, dejando huérfana la acción política en el Congreso y en el Parlament, donde la figura del portavoz Albert Batet ha quedado diluida a lo testimonial.

La inesperada dimisión anunciada ayer por el ex consejero Jaume Giró, considerado uno de los referentes del sector «pragmático», y que intentó ser el candidato del partido a las generales y a la alcaldía de Barcelona -en las dos ocasiones se topó con el veto de Puigdemont-, pone de manifiesto las grietas en torno al liderazgo del fugado en Waterloo, hasta no hace mucho incuestionable. Si bien hasta que no regrese a Cataluña nadie se atreverá a plantear un enfrentamiento directo, según afirman varias fuentes de Junts consultadas.

«La reunión con Illa puso de manifiesto la dependencia que tienen los socialistas de nuestros siete escaños en Madrid. Es positivo, pero insuficiente. No podemos seguir dependiendo del PSOE, debemos tomar decisiones porque no podemos continuar así, engañándonos a nosotros mismos», afirma un dirigente nacionalista. No es la única voz en la cúpula de Junts que demanda dejar la «dependencia» del pacto con Sánchez y refuerce su proyecto y discurso.

Este malestar con el rumbo tomado por el partido neoconvergente, sentimiento que es compartido por la familia Pujol y dirigentes de la vieja guardia como Xavier Trias, Artur Mas y David Madí, ha aumentado en los últimos meses por la emergencia de la formación Aliança Catalana liderada por Sílvia Orriols, cuyo discurso ultra identitario, anti inmigración y anti woke está atrayendo a mucho votante de Junts. Los últimos sondeos señalan que Aliança podría irrumpir con fuerza en las próximas elecciones municipales y en las catalanas, pasar de los dos escaños actuales a quince. Otro de los motivos que agita la inquietud de diferentes sectores de Junts con la actual estrategia de pactos con el PSOE es la consolidación de Salvador Illa como presidente de la Generalitat, siendo visto por el mundo empresarial catalán como una garantía de estabilidad y para el regreso al «oasis catalán» de la etapa de Pujol. «Las cesiones y competencias que arrancamos de Sánchez las acaba gestionando Illa, no nosotros», lamenta un dirigente de Junts, subrayando «la trampa» de la alianza con el socialismo.

La renuncia de Giró -ex alto cargo de La Caixa y Gas Natural- a su acta de diputado y su dimisión en la ejecutiva de Junts es otro síntoma del creciente descontento y de la distancia entre Puigdemont y un sector más pragmático que, una vez asumido el fracaso del procés -del que Giró fue uno de sus principales promotores- anhela volver a los modos y beneficios de los años de Pujol.

Giró, que fue consejero de Economía del Govern bajo el Ejecutivo de Pere Aragonès, admite marcharse porque «las orientaciones actuales del partido no coinciden con la manera que conviene y necesita el país». «Se priorizan los intereses de partido por encima de los de país y eso dificulta la colaboración entre las fuerzas políticas principales y, por ende, el bienestar y el progreso», sostiene. Giró ocupaba un puesto de vocal en la ejecutiva de Junts, mientras contemplaba cómo el jefe de filas de la formación promocionaba a sus afines, encuadrados en el sector más duro de Junts: como Míriam Nogueras, hoy vicepresidenta y líder del partido en el Congreso, cargo al que, precisamente, intentó aspirar Giró en 2023, empujándole finalmente Puigdemont a no batirse en unas primarias con su mano derecha en Madrid.

La ruptura definitiva se produjo cuando en 2022 ordenó la salida de Junts del Govern de ERC, privando a Giró de su condición de consejero de Economía. Pese a sus desencuentros con Puigdemont, Giró volvió a formar parte de las listas de Junts en las últimas elecciones catalanas.

Ayer Puigdemont despachó su marcha con un breve comunicado: «Sus aportaciones a la dirección del partido y al grupo parlamentario siempre han sido positivas y consideradas».

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