Marko Duric, ministro de Exteriores serbio: «Serbia debe mantener el diálogo con Rusia y con Ucrania. No nos da miedo la palabra paz»

<p>Marko Duric, de 42 años, lleva poco más de un año como ministro de Exteriores de Serbia. Antes fue jefe de la Oficina de Kosovo del Gobierno serbio (antigua provincia que declaró unilateralmente su independencia en 2008) y embajador en EEUU. En su primera visita a España, habla de los <strong>profundos cambios</strong> que ha vivido en estos meses la escena internacional, de <strong>la relación de su país con Rusia y Ucrania</strong>, de su <strong>aspiración a entrar en la UE</strong> y, por supuesto, de las<strong> importantes protestas de estudiantes</strong> contra el Gobierno del presidente Aleksandar Vucic, que tienen lugar <strong>desde hace 10 meses</strong>.</p>

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 En su primera visita a España, habla de los profundos cambios de los últimos meses en la escena internacional, de la relación de Serbia con Rusia y Ucrania, de su aspiración a entrar en la UE y de las importantes protestas antigubernamentales que vive su país desde hace 10 meses  

Marko Duric, de 42 años, lleva poco más de un año como ministro de Exteriores de Serbia. Antes fue jefe de la Oficina de Kosovo del Gobierno serbio (antigua provincia que declaró unilateralmente su independencia en 2008) y embajador en EEUU. En su primera visita a España, habla de los profundos cambios que ha vivido en estos meses la escena internacional, de la relación de su país con Rusia y Ucrania, de su aspiración a entrar en la UE y, por supuesto, de las importantes protestas de estudiantes contra el Gobierno del presidente Aleksandar Vucic, que tienen lugar desde hace 10 meses.

Fue nombrado ministro de Exteriores de Serbia hace poco más de un año. ¿Qué cambios ha vivido el panorama internacional en este tiempo?
Estamos viviendo una época de gran agitación y crisis a nivel mundial en lo que respecta a la seguridad y las relaciones internacionales, que no ha hecho más que agravarse. Esto significa que los ministros de Asuntos Exteriores de todo el mundo tienen la tarea y el deber de trabajar para promover de forma responsable los intereses de sus propios países, no a expensas de otros, sino en cooperación con ellos. Y mi principal objetivo durante este periodo ha sido contribuir a la estabilidad de mi país tratando de crear un entorno de buena vecindad con nuestros vecinos más cercanos. Tenemos ocho vecinos, al tiempo que mantenemos el equilibrio entre nuestras alianzas y amistades tradicionales con algunos de los países más grandes del mundo. En este contexto, debemos lograr mantener excelentes relaciones con los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y mantener a Serbia en el mapa como un país que ha duplicado con creces el tamaño de su PIB en menos de una década y que es el anfitrión de la exposición Expo 2027 en Belgrado, que espera cambiar realmente la imagen de nuestro país.
¿Para usted cuáles son los principales desafíos?
Muchos retos consisten en mantener un entorno favorable, seguro y adecuado para que prospere la economía. Nos esforzamos por mantener la estabilidad tanto nacional como regional, por mantener nuestra independencia y neutralidad en política interior y exterior, y por situar la economía en el centro de nuestras políticas. Hemos tenido un éxito significativo para abordar los retos demográficos de nuestra región, porque, al igual que en otras partes de Europa, tenemos una población envejecida, con una edad media de 44 años. Además, hemos creado una agencia gubernamental especializada para traer de vuelta a todos esos millones de serbios con talento que se encuentran repartidos por todo el mundo. Y, por supuesto, un gran reto para todos los países, pero especialmente para los de nuestra región, es garantizar la seguridad energética y asegurarnos de que se satisfagan nuestras necesidades.
Fue embajador en EEUU y la familia Trump siempre ha tenido buenas relaciones con su país y hasta tiene un proyecto hotelero importante en Belgrado. ¿Le sorprendió que el presidente de EEUU les impusiera un 35% de aranceles?
Estamos trabajando activamente con la Administración estadounidense para resolver la cuestión de los aranceles, pero está lejos de ser este el único punto central de nuestra relación con EEUU. Hace dos semanas estuve en Washington y mantuve una excelente reunión con el secretario de Estado, Marco Rubio. Hemos acordado un diálogo estratégico a largo plazo a finales de este año entre Serbia y Estados Unidos, además de haber firmado el año pasado un acuerdo de asociación estratégica en el ámbito energético. Y estamos trabajando en cuestiones de estabilidad regional. Diría que nuestra relación está avanzando y esperamos que la cuestión de los aranceles se resuelva con el mismo espíritu. Serbia exporta servicios por valor de miles de millones a Estados Unidos, que no se verán afectados por los aranceles actuales, pero es importante resolver también la cuestión del porcentaje.
Serbia es desde 2012 candidato a la Unión Europea y, aunque hasta hace poco era una de las favoritas, parece que Albania y Montenegro les han adelantado. ¿Qué piensan que ha ocurrido?
Serbia trabaja diligentemente para implementar todas las reformas necesarias, y haciéndolo con el fin de completar todos los cambios legislativos para finales de 2026. Serbia ha atraído el 65% de todas las inversiones en el sudeste de Europa y, además, ha estabilizado su situación macroeconómica hasta tal punto que hemos reducido el nivel de nuestra ratio de deuda pública con respecto al PIB del 79% al 45% en la actualidad. Por lo tanto, creo que Serbia puede contribuir realmente al crecimiento económico europeo, ya que nuestra tasa de crecimiento anual está muy por encima de la media europea y no estamos luchando por la adhesión para obtener más dinero de Bruselas. Por otra parte, creo que a veces hay puntos de vista políticos o ideológicos en algunos de los Estados miembros que afectan al ritmo del proceso de adhesión. Pienso que si Europa no completa el proceso de ampliación en su propio continente, corre el riesgo de perder su relevancia y, francamente, también corre el riesgo de convertirse en una especie de parque temático donde se puede disfrutar del turismo y pasar un buen rato. Para que nuestro continente vuelva a ocupar el lugar que le corresponde en la escena mundial, los europeos tenemos que abrazar toda la visión de una Europa unida, y la verdadera unidad sin los Balcanes no es posible.
¿Cree que su país se ve perjudicado por ser concebido como un bloque junto al resto de los Balcanes Occidentales?
Bueno, no somos egoístas en nuestra ambición y no estamos en contra de que los países de nuestra región se unan a la UE. Pero también debo decir que no es bueno para nuestra reputación cuando oímos que algunos de los otros países están más avanzados, por ejemplo, en la lucha contra la corrupción o en la economía. Nuestro nivel de vida ya es más alto que el de los países más pobres de la UE, y el funcionamiento de nuestras instituciones, aunque requiere mucho más esfuerzo, no es peor que el de alguno de ellos. Así que debe ser una decisión geopolítica. Estamos muy agradecidos al Gobierno español y al pueblo español por apoyar una visión de una Europa unida que incluya la región de los Balcanes, porque eso hará de Europa un lugar más seguro.
Hace pocos días, el presidente Vucic acordó con Lavrov estrechar las relaciones de Serbia con Rusia. El pasado martes, se reunió con Putin en Pekín. ¿Cuál es la posición actual de su país con respecto a la guerra de Ucrania?
Serbia tiene una política exterior equilibrada y mantiene el diálogo y las conversaciones con todas las partes interesadas. Tanto Rusia como Ucrania apoyan la posición de Serbia sobre la integridad territorial y la soberanía, por supuesto en lo que respecta a la cuestión de la provincia meridional de Kosovo. El presidente Vucic se ha reunido en los últimos 12 meses nueve veces con el presidente Zelenski. También mantenemos el diálogo con la parte rusa, con la que también tenemos relaciones históricas que no debemos romper. Y defendemos los principios de la Carta de las Naciones Unidas sobre la integridad territorial y la soberanía de todos los Estados dependientes, incluida Ucrania. Pero también llevamos a cabo nuestra política exterior de acuerdo con nuestros intereses nacionales. Serbia ha enviado mucha ayuda humanitaria al pueblo de Ucrania y ha acogido a miles de ucranianos en Serbia. Adoptamos una postura de principios en este conflicto. Por eso, siempre en las organizaciones internacionales, queremos que se resuelva lo antes posible. Y el presidente Vucic ha ofrecido que Serbia acoja cualquier tipo de debate formal o informal sobre cómo resolver la tensión. No nos da miedo la palabra paz.
Está a punto de iniciarse un nuevo curso y las protestas de los estudiantes ya han cumplido 10 meses. ¿Está su Gobierno abierto realmente a dialogar?
Las protestas no son exclusivamente de estudiantes, ni los estudiantes están unidos en este asunto, porque también los hay estudiantes en el bando progubernamental frente a la Asamblea Nacional en Belgrado. El Gobierno ha demostrado en repetidas ocasiones su disposición a escuchar algunas de las peticiones que inicialmente formularon. Además, el Gobierno renunció en abril. Tenemos uno nuevo precisamente porque queríamos atender las peticiones de los manifestantes. El presidente Vucic ha pedido en repetidas ocasiones el diálogo con diversos grupos de la oposición. La última vez, hace una semana. Y, lamentablemente, estas peticiones fueron rechazadas. Por otro lado, hemos visto escenas de violencia o de ataques contra policías en las instalaciones del Partido Progresista Serbio y concentraciones que incumplen la ley, lo que es una paradoja porque exigen un mayor Estado de Derecho, pero no están preparados para cumplir con los elementos básicos de éste. El Gobierno ha mostrado moderación, el uso de la Policía se limitó a los casos en que los manifestantes estaban bloqueando. Y al pueblo de Serbia no le gustan los bloqueos. Las encuestas muestran que el apoyo al presidente está en aumento. Se sitúa ligeramente por debajo del 50%.
El presidente Vucic escribió a los diarios ‘Financial Times’ y ‘The Guardian’ para dar su visión sobre las protestas. ¿A qué se debieron esas cartas?
Serbia está trabajando muy duro para mejorar su imagen. Muchas personas de la clase política de todo el mundo han oído hablar de Serbia durante la década de 1990 y no precisamente en términos muy favorables. Por eso, el presidente Vucic se esfuerza por evitar que Serbia sea difamada o retratada injustamente por motivos políticos, como han hecho algunos grupos de la oposición. Creo que es una prueba más de nuestra posición de diálogo. Incluso con aquellas personas o editores que a veces no son objetivos o no se inclinan favorablemente hacia nuestro país, sino que simplemente ofrecen un punto de vista alternativo, que no se basa en hechos. Y creo que es muy importante ceñirse al antiguo proverbio latino: ‘Exponga los hechos y téngalos en cuenta en su razonamiento y al decidir cuáles son los argumentos’.
El pasado lunes el primer ministro croata, Andrej Plenkovi, dijo que «Serbia está al borde de la guerra civil» debido a las protestas. ¿Qué le parecen estas palabras?
Bueno, tenemos mucho respeto por todos nuestros vecinos. Y nos esforzamos por crear un entorno mucho mejor, porque Serbia tiene ocho vecinos, lo que significa que, después de Alemania, que tiene nueve, somos el país con mayor número de vecinos de Europa. Dicho esto, no creo que sea apropiado comentar la situación interna de tus vecinos de esa manera. Y que todos deberían, en cierto modo, limpiar su propio patio trasero. En primer lugar, con todo respeto y, por supuesto, Serbia no es el único país que tiene un debate político animado y protestas, lo cual es una señal de que nuestra nación está abierta a diversas opiniones políticas. Y creo que debemos tratar los sistemas políticos de los demás con mucho cuidado, esforzándonos por abrir un nuevo capítulo en la relación en el que no busquemos oportunidades para socavarnos mutuamente.

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