<p>Los gobiernos autonómicos temen que las reformas introducidas por la <a href=»https://www.elmundo.es/e/un/union-europea-ue.html»>Unión Europea</a> en la gestión de los fondos comunitarios reduzcan aún más su capacidad de decisión en el reparto, como ya ocurrió con los recursos del <strong>Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR) y los Next Generation, </strong>habilitados para paliar los efectos de la crisis del covid, que el Gobierno de Pedro Sánchez distribuyó sin dejar apenas margen de decisión a las comunidades.</p>
Exigen tener voz en la toma de decisiones sobre los fondos europeos para que no vuelva a pasar como con los Next Generation
Los gobiernos autonómicos temen que las reformas introducidas por la Unión Europea en la gestión de los fondos comunitarios reduzcan aún más su capacidad de decisión en el reparto, como ya ocurrió con los recursos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR) y los Next Generation, habilitados para paliar los efectos de la crisis del covid, que el Gobierno de Pedro Sánchez distribuyó sin dejar apenas margen de decisión a las comunidades.
Cuatro presidentes de comunidades autónomas -presentes ayer miércoles en Santander para la celebración de un seminario de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) sobre los 30 años del Comité Europeo de las Regiones (CDR)– dieron la voz de alarma sobre la pérdida de peso de las comunidades autónomas en la toma de decisiones gracias a una «recentralización» como la que está en marcha, y que podría restar eficacia a la ejecución de las inversiones. Comienza a gestarse, por tanto, otro frente más en el choque entre las comunidades y el Gobierno. Porque, aunque las críticas se dirigen inicialmente a los pasos dados por la Comisión Europea, las autonomías desconfían de la ventaja que el Ejecutivo de Pedro Sánchez puede obtener con este nuevo marco de funcionamiento que da todo el control a los estados frente a los territorios.
Esa nueva fórmula de reparto se fragua, además, en un momento de máxima confrontación entre las comunidades del PP y el Gobierno por los agravios derivados de las cesiones a Cataluña y tras la aprobación de una condonación de la deuda autonómica que los populares rechazan para no participar de lo que consideran un «blanqueo» del «cupo catalán», que rompe el modelo de financiación y es incoherente con el ejercicio de cohesión y solidaridad que se exige a la Unión Europea.
Alfonso Rueda (Galicia), Emiliano García Page (Castilla La Mancha), María José Sáenz de Buruaga (Cantabria) y Juanma Moreno (Andalucía) se mostraron muy críticos con ese cambio de modelo que la UE pretende introducir en el marco de ayudas del periodo 2028-2034, para el que se prevé también una reducción de los fondos destinados a la Política Agraria Común (PAC). La «estatalización» de las ayudas dejaría fuera juego a las comunidades autónomas en el reparto de los fondos, un camino que la UE emprendió con los MRR y que provocó duras críticas al Gobierno de Pedro Sánchez por no dar participación a las comunidades en la definición de los criterios de reparto o la elección de los proyectos.
El encuentro celebrado en la UIMP tenía como «eje central» la «reflexión sobre el futuro de la política de cohesión y su papel transformador en las comunidades autónomas españolas». Y, además de subrayar los riesgos de ruptura del modelo territorial de España por las cesiones a Cataluña, los presidentes autonómicos coincidieron también en cuestionar la tendencia a la recentralización en la Unión Europea,que resta poder a las regiones.
A este repecto, la presidenta de Cantabria resaltó precisamente que el Comité de las Regiones, en el que están representadas las regiones y las ciudades de la UE, es «el puente entre la Europa de las instituciones y la Europa de los ciudadanos». Y se mostró contraria a la intención de la Comisión Europea de fusionar políticas sin oír a las comunidades afectadas. Sólo en la reducción de los fondos de la PAC, Cantabria podría perder hasta 72 millones de euros para sus ganaderos en el marco 2028-2034, subrayó. «Y eso supone no sólo un riesgo presupuestario sino también político, porque la descentralización es una de las bases de la legitimidad democrática de la UE».
Para García Page, existe un «riesgo de estatalización que es una forma de cargarse Europa». Pretender que el dinero de la PAC lo repartan los estados en detrimento de las regiones es, a juicio del presidente castellano manchego, «desandar el camino andado». «Hay que combatirlo. Europa es una suma de regiones sin soberanía pero con mucha capacidad de gestión y ejecución», afirmó.
Alfonso Rueda considera que «la tendencia a la recentralización es lo fácil», pero atenta contra el modelo territorial de países como España o Alemania, donde son las regiones las que tienen mayor capacidad de ejecución, como se ha demostrado con los fondos MRR. «Nos hemos ganado el derecho a decir que el Estado de las Autonomías funciona; y se ha demostrado con la crisis de incendios que ha sufrido Galicia, cuando la solidaridad entre las comunidades ha funcionado de forma ágil, desburocratizada y despolitizada, sin necesidad de listas ni comités ni visitas previas», añadió en una crítica velada a la actuación del Gobierno de Pedro Sánchez.
Juanma Moreno, que es actualmente vicepresidente primero del Comité Europeo de las Regiones y asumirá la presidencia a partir de 2027, entiende que el objetivo de la UE con este proceso de recentralización es eliminar burocracia y concentrar los recursos en seguridad y defensa. «Pero es un error y así se lo hemos trasladado a los comisarios competentes y a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von del Leyen. Porque Europa se construye desde las ciudades. Es un error romper la correa de transmisión entre la UE y los ciudadanos. En un país descentralizado como España, las regiones no pueden estar al margen de la planificación de los fondos de cohesión». Sobre la reducción de recursos para la PAC, el presidente andaluz recordó, por ejemplo, que se trata de unos fondos que contribuyen a la fijación de la población en el territorio pero sobre todo, garantizan la soberanía alimentaria de la UE, tan importante o más que la soberanía militar o la tecnológica. «Si se pierde la soberanía alimentaria se pierde todo. Seremos beligerantes en la defensa de la PAC».
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