Bruno Retailleau, el político ‘antimacronista’ que rompió la baraja con miras al Elíseo

<p><strong>Bruno Retailleau </strong>(Cholet, 1960) ha confirmado su condición de <i>guardián</i> de la gobernabilidad de Francia, capaz por sí solo de tumbar al Gobierno recién formado por <a href=»https://www.elmundo.es/internacional/2025/10/06/68e37415fdddff5c298b4584.html» target=»_blank»>Sébastien Lecornu</a> y forzar su <strong>dimisión</strong>. Su doble condición como ministro de Interior dimisionario y como líder de <strong>Los Republicanos</strong> -el partido de la derecha tradicional venido a menos- le ha convertido en el comodín imprescindible para poder formar una coalición de centroderecha en medio del caos político que vive Francia.</p>

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 Su rechazo a ocupar de nuevo el Ministerio del Interior francés y su amenaza de retirar el apoyo a Lecornu provocaron la caída del nuevo Gobierno en unas horas  

Bruno Retailleau (Cholet, 1960) ha confirmado su condición de guardián de la gobernabilidad de Francia, capaz por sí solo de tumbar al Gobierno recién formado por Sébastien Lecornu y forzar su dimisión. Su doble condición como ministro de Interior dimisionario y como líder de Los Republicanos -el partido de la derecha tradicional venido a menos- le ha convertido en el comodín imprescindible para poder formar una coalición de centroderecha en medio del caos político que vive Francia.

Retailleau, con experiencia como presidente de la región Países del Loira y una reputación ganada a golpe de «orden, autoridad y firmeza» (su mano dura contra la inmigración le han convertido en el ministro mejor valorado de los dos últimos gobiernos), tiene además la mirada puesta en el Elíseo como candidato de la derecha y como alternativa a Marine Le Pen y su Agrupación Nacional.

A la chita callando, como telón de fondo al presupuesto de austeridad que propició la caída como primer ministro de François Bayrou, Retailleau ha librado su propio pulso dialéctico con el presidente, vaticinando que el macronismo tocará a su fin con la marcha de Emmanuel Macron en las presidenciales del 2027 (si no antes).

«Soy gaullista y nada macronista«, reiteró Retailleau durante una campaña por el liderazgo de Los Republicanos librada en mayo frente a Laurent Wauquiez que sirvió para confirmar el viraje hacia la derecha dura del partido. Retailleau ha prometido sin ambages llevar hasta las últimas consecuencias «la lucha contra el islamismo» y ha denunciado la «inmigración masiva» como una de las principales amenazas del país.

Como ministro de Interior, y como parte de su ofensiva contra el narcotráfico, advirtió recientemente del riesgo de «mexicanización» de la frontera gala con España, empeñado en convertir Marsella en su particular bastión. En su día arremetió directamente contra «la inmigración africana» y la llegada de gente que llega «no para ser franceses, sino para disfrutar de nuestros derechos». «Los franceses quieren una derecha que actúa, y no una derecha que comenta, una derecha con un proyecto de ruptura contra la impotencia», aseguró recientemente Retailleau en una entrevista en Le Figaro, allanando el camino para su campaña a las presidencias del 2027, superado en las encuestas por Marine Le Pen y su delfínJordan Bardella, pero en tendencia ascendente frente a otros candidatos moderados y centristas como Édouard Philippe o Gabriel Attal.

El líder de Los Republicanos aprovechó el caos creado por la dimisión de Lecornu para disparar más alto y apuntar directamente al inquilino del Elíseo: «En las instituciones de la Quinta República, la piedra angular es el presidente. Si hay una situación de bloqueo, entonces será necesario volver a las urnas. Pero creo que hay otras formas antes de llegar a ese punto».

Cuando Retailleau dijo ayer que tenía un «problema de confianza» con Lecornu, quiso decir realmente que no confía en Macron, quien posiblemente impuso a su protegido el nombramiento (y el ocultamiento) del centrista Bruno Le Maire como ministro de Economía, la puntilla con la que no contaban Los Republicanos y que motivó la insurrección.

Con la actual fragmentación de la Asamblea Nacional dividida en tres bloques prácticamente irreconciliables de derecha, centro e izquierda, todas las alternativas pasan hoy por hoy por Retailleau y sus 45 diputados, que tienen en sus manos la gobernabilidad o el caos… salvo que Macron rompa la baraja y convoque nuevas elecciones legislativas.

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