<p>Pese a que ya han transcurrido dos meses desde el suceso, la zona central de la estación de tren de Lozova permanece en tan precario estado que el simple viento hace que un pedazo de techo falso se desplome.</p>
Los drones rusos comienzan a atacar transportes de pasajeros dentro de la pugna que mantienen ambos países desde hace meses para bloquear la red ferroviaria del adversario
Pese a que ya han transcurrido dos meses desde el suceso, la zona central de la estación de tren de Lozova permanece en tan precario estado que el simple viento hace que un pedazo de techo falso se desplome.
Los drones dejaron arrasado el segundo piso, el que se dedicaba a la sala VIP. También arrasó la entrada principal del habitáculo y la zona de venta de billetes. El lugar sigue siendo una pura ruina, con enormes boquetes en los gruesos muros de ladrillo.
Cuando Olena Kolashnyk estaba de guardia el 5 de agosto, eran las 2:38 horas de la mañana. Apenas tuvo tiempo de avisar a las 18 personas -incluidos algunos pasajeros que esperaban una conexión temprana hacia la ciudad de Sloviansk- para que corrieran a refugiarse en uno de los pasillos. «Zona de dos muros», se lee en el cartel que indica hacia dónde deben correr los viandantes para protegerse, en caso de alerta.
«Pasamos mucho miedo. Todo era puro pánico. No sabíamos si la gente estaba viva o muerta. Cayeron en oleadas. Se les escuchaba volar y después venían las explosiones», rememora mientras pasea por las instalaciones.
Ese día los rusos lanzaron 36 drones del tipo ‘Shahid’ contra Lozova, una ciudad de la región de Járkiv, donde residen unas 70.000 personas.
«Lanzaron 15 contra la estación. Uno no explotó y se empotró en el tejado. El ataque duró más de dos horas. Cuando llegué todo el techo estaba ardiendo», le secunda Svitlana Gromaolska, subdirectora de las instalaciones ferroviarias de esta población.
«No estoy en la cabeza de los rusos pero esos días atacaron también otras estaciones de la misma red. Quieren inmovilizar los centros (de distribución) ferroviarios», opina.
El asalto contra Lozova se inscribe dentro de la espiral en la que se ha enfrascado Rusia pero también Ucrania desde hace meses, destinada a desbaratar la red ferroviaria de sus adversarios.
El sábado esta dinámica registró una significativa escalada cuando los AUVs de Moscú atacaron dos trenes de pasajeros en la estación de Shostka, en la región norteña de Sumy, hiriendo a casi una decena -incluidos tres niños- y matando a una persona de 71 años.
El sangriento altercado se produjo en dos fases, ya que los rusos lanzaron un segundo dron contra el mismo emplazamiento cuando los equipos de rescate se encontraban evacuando a los heridos de la explosión inicial.
Una de las locomotoras dañadas en Shostka había sido equipada ya con defensas enrejadas antidrones que rodeaban el vehículo, la misma que usan ya muchos blindados y vehículos militares, sin que ello evitara el incendio que provocó el impacto del AUV.
La primera ministra ucraniana, Yulia Svyrydenko, se refirió al suceso de Shostka y dijo que «los rusos han entrado en una nueva etapa de barbarie: atacan sistemáticamente los trenes de pasajeros».
A las pocas horas del suceso, Oleksandr Pertsovskyi, el máximo responsable de Ukrazaliznytsia -la compañía que regenta el sistema de ferrocarriles- mantuvo una conversación con la agencia AP y EL MUNDO en la que incidió en este supuesto.
«Desde febrero del 2022 (cuando Moscú lanzó su gran invasión) no ha pasado una semana sin que la infraestructura ferroviaria no haya sido atacada, pero desde julio y agosto hemos constatado una intensificación de los ataques. Desde agosto hemos sufrido 40 grandes ataques contra la infraestructura ferroviaria y no son acciones de un solo ‘Shahed’ (dron de origen iraní) sino que suelen implicar una decena o más», precisó Pertsovskyi.
El jefe de Ukrazaliznytsia manifestó que la acometida contra Shostka se produjo casi en el tiempo con el bombardeo de los depósitos de trenes de Odesa y Konotop, y una estación de energía que abastece la línea de ferrocarriles en Chernihiv.
– Pregunta. ¿Cree usted que existe un plan para interrumpir el servicio ferroviario?
– Respuesta. Sí. Todo esto coincide con los ataques masivos contra las instalaciones eléctricas del país. Están implementando un plan muy claro. Rusia quiere dejarnos sin electricidad, sin calefacción y sin conexión (ferroviaria). Quieren que este invierno los ucranianos se queden sin servicios básicos.
– P. ¿En qué se basa su afirmación?
– R. No se trata sólo de la cantidad sino de las tácticas. Ahora usan ‘Shaheds’ muy precisos para lanzarse contra cada locomotora y cada subestación eléctrica. Han sido muy precisos (en el caso de Shostka) a una distancia de 50 ó 60 kilómetros. Fueron a por las locomotoras. No fue un error. Venían volando a mucha altura y se lanzaron a gran velocidad en picado. Esa táctica dificulta mucho derribarlos con las unidades (móviles) de ametralladoras. No había ningún objetivo militar. Sólo pretendían crear pánico en la población. Han combinado cantidad y precisión, y pueden alcanzar un radio de hasta 200 kilómetros (desde sus posiciones). Son golpes muy dolorosos pero no hemos cancelado ningún tren para demostrarle al enemigo que no van a conseguir lo que pretenden.
– P. ¿Tienen previsto algún plan para contrarrestar esta ofensiva?
– R. Sí. No vamos a interrumpir el servicio en las regiones más afectadas: Dnipro, Zaporiyia, Jersón, Odesa, Donetsk o las zonas del norte. Pero cambiaremos algunas rutas, algunas paradas, y otras las cubriremos mezclando autobuses y trenes. Se trata de mantener la conexión minimizando los riesgos.
Según los responsables ucranianos, la ofensiva rusa contra la red ferroviaria se está desarrollando de forma sistemática y precisa. Se están centrando en estaciones que funcionan como centro de conexión ferroviaria de varias líneas como el citado de Lozova, depósitos de locomotoras y vagones, y docenas de estaciones eléctricas que abastecen la línea. En septiembre, también dañaron un puente sobre el río Dnipro usado por los trenes en la ciudad de Kremenchuk, y en marzo, los servicios de venta de billetes online sufrieron un ciberataque que los dejó bloqueados durante casi cuatro jornadas.
Dos días antes de la acción contra Shostka, los rusos destruyeron un depósito de trenes en Konotop, en la misma región de Sumy, causando daños «masivos», en palabras del alcalde de esa ciudad, Artem Semeninkhin. «Es un golpe muy duro. Los daños a la infraestructura del ferrocarril sólo se podrán reparar tras la victoria (tras el final de la guerra)», admitió.
Para un conocido analista local, Serhiy Flash, la arremetida rusa requiere una reunión de emergencia entre Ukrzaliznytsia y las fuerzas armadas locales, ya que Moscú parece haber diseñado una estrategia muy concreta. «Atacarán principalmente las locomotoras. Sin ellas no funcionan los trenes y su número es limitado. Lo mismo que sus conductores», recomendó el experto, que también abogó por instalar sistemas de intercepción electrónica en esas máquinas.
La red de ferrocarril ucraniano, que se extienden por unos 20.000 kilómetros de distancia y emplea a cerca de 17.000 trabajadores, ha demostrado ser el medio de comunicación más eficiente del país, transportando a miles de personas desde el mismo inicio de la gran ofensiva del 2022 pese a los continuos ataques de las fuerzas rusas.
Como reconoce Pertsovskyi, Ukrazaliznytsia ha intentado suplir las interrupciones provocadas por los cortes de electricidad con decenas de viejas máquinas que funcionan con diésel, lo cual no ha impedido jornadas caóticas como las de los pasados días 17 y 18 de septiembre, cuando la acción de los Shahed dejó decenas de kilómetros de vías inactivos y provocó retrasos masivos.
Un experto militar ucraniano, Oleg Zhdanov, estimó que los rusos están intentando replicar la misma táctica que han usado los militares de Kiev. «Se han dado cuenta de la eficacia de los ataques contra la logística porque ellos también los han sufrido. Las operaciones ucranianas contra la logística rusa han retrasado el envío de equipos rusos para la ofensiva de verano y otoño (de este año). No han sido capaces de lanzar esa ofensiva por falta de recursos», indicó Zhdanov en declaraciones a la publicación ucraniana Focus.
Las fuerzas ucranianas han respondido atacando también numerosos emplazamientos relacionados con el transporte ferroviario tanto en el territorio ruso como en las regiones ucranianas ocupadas del este del país.
El pasado mes de agosto los medios de ese país informaron de atentados contra las infraestructuras ferroviarias en las regiones de Rostov, Voronezh y Volgograd, que inmovilizaron el desplazamiento de decenas de trenes. Rostov fue el objetivo de otro asalto aéreo de drones ucranianos el 3 de septiembre.
Andriy Kovalenko, un miembro del Consejo de Defensa Nacional de Ucrania, admitió en julio otro ataque similar contra las instalaciones de trenes de Salsk, en la provincia de Rostov. «Es un centro logístico para la transferencia de combustible y municiones destinados al frente de Donetsk, el sur de Crimea y la región de Zaporiyia», explicó el funcionario en las redes sociales.
«Las redes de ferrocarril son la arteria de la guerra. Sin logística, la velocidad del ejército ruso disminuirá», agregó.
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